La ruta es conocida por varios del grupo, así que tortilla, chorizo, queso y pá arriba.
Crema, agua, gorras (estreno oficial), palo y empezamos.
Cogimos un ritmo muy bueno que pudimos seguir todos sin muchos problemas y en menos de 3 horas estábamos en la cima. La subida por la pedrera se hace un poco aburrida, pero lo hicimos sin problemas, aunque el Mele no lo iba viendo tan claro.
Se nota que el churrero no estaba porque tuvimos ratos de sssssssilencio.
Una vez arriba la satisfacción de haber llegado, para alguno (el Mele y yo), por primera vez, aunque para otros es una rutina casi anual. Disfrutamos del paisaje y valoramos el esfuerzo. Fotos (se nos olvidó la bandera!), un pequeño almuerzo, descanso... y la frase de la jornada de Álvaro: "Yo subiría todos los años al Curavacas por bajarle" y así fue en menos de 45 minutos estaba con pinreles en el Carrión en Vidrieros.
Los demás bajamos a nuestros ritmos, pero hay que reconocer que la pedrera incita a correr.
Al llegar, la cantidad-calidad de las ampollas fue directamente proporcional a la velocidad de bajada y al estado de los calcetines. Los calcetines de Javi acompañaron a las botas de Rodrigo.
Una vez abajo, encontramos una charca en el Carrión donde nos bañamos con los lugareños, comimos con una buena jarra de cerveza fría y para casa
Nos vemos en la siguiente, Alcubilla!
Rodrigo, Mele, Javi, Juchi, Álvaro y Chao
Crónica Curavacas!
ResponderEliminarQue la bajada incita a correr??? a correr hacia otro lado.....x lo menos a mi!!! Mereció la pena, pero las agujetas son considerables!!!
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