El plan era muy simple, una ruta sencillita que nos buscó la Ju y a comer calentitos por Camporredondo.
A las 8.30h del domingo había llovido por la zona del barrio chino, por las afueras, aunque el centro de la villa había permanecido seco durante la noche y después de pensárnoslo, decidimos tirar para adelante, porque al final solo te arrepentirás de los que no hayas hecho.
Llegamos al puente Aviaos que da nombre al propio valle y parecía que el tiempo nos iba a dar una tregua, de hecho, solo Marta se puso las polainas. La ruta parecía sencilla y sin pérdida así que empezamos a patear el valle hasta las tenadas de la gallina donde se puede apreciar la Y que hace el valle, nosotros tiramos por el de la izquierda, quedando todos maravillados con los colores y formas del valle
Al tomar el desvío y empezamos a subir, apreciamos una mole inmensa de roca que apareció entre las nubes, no nos habíamos dado cuenta que teníamos el Espigüete al lado y desde una Choza nos hicimos la foto del día acompañada por unas viandas a modo de almuerzo.
Muy buena la lengua de vaca curada, recuerdo luso que nos trajo Javi.
La ruta continúa hasta hacer cima en el Alto del Vaillo a unos 1500 metros.
Para hacer un poco circular la ruta, bajamos directos por un cortafuegos que debido al fuerte desnivel, nos costó bajarle un poco, en ese momento llegamos de nuevo a la tenada y decidimos volver por la otra orilla del arroyo por donde cogimos un poco de barro y al final tuvimos que volver a salta a la orilla original.
El día quedó genial, incluso pensábamos que nos podíamos quemar.... así que cada vez desconfiamos más de meteorólogos.
Un pequeño vermouth y una comida muy agradable en Camporredondo recordando las peripecias del campeonato de orientación de la semana anterior.
Nos vemos en la siguiente, corriendo y paseando por ValdeCebollas
Marta, Juchi, Raquel, Javi y Chao
Aviaos online
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