domingo, 15 de marzo de 2015

Por Camporredondo, una de raquetas

Aprovechando el respiro que nos dio el invierno, sacamos las raquetas y elegimos una rutilla no muy conocida para evitar acumulaciones de gente en sitios más típicos. (descargar aquí)

Nos fuimos Ismael, el Mele, Judit y yo (Chao). Dejamos el coche a las afueras de Camporredondo y nos enfundamos las polainas y las raquetas en un día que pintaba genial. Al principio no teníamos muy claro que camino coger porque con la gran cantidad de nieve no se apreciaban muy bien, pero en el momento que adivinamos cual era la ruta, fue pan comido.




Un amigo se nos unió en la ruta, "niebla" un mastín muy majete aunque un poco guarrete que casi hace que el Churrero echase su primera papilla.


Una vez pasado el pinar, donde es curioso la cantidad de arboles caídos que hay debido a las fuertes nevadas de las semanas previas, el Curavacas empieza a asomar detrás de los pinos, con unas vistas increíbles.


Así fuimos avanzando y llegamos a Valsurbio, un pueblo abandonado en los años 60, aunque parece que se está desabandonando, porque están haciendo obras y pinando alguna casa, el pueblo da una sensación de soledad y valdría perfectamente para rodar una película de terror.



Después de una parada para coger fuerzas, continuamos y ahora nos esperaban 2 km de subida continua hasta llegar a la "cima" de la ruta donde las vistas que nos acompañaron hasta el final fueron inmejorables.



Así poco a poco, los 4+1 fuimos descendiendo entre los pinos hasta llegar al camino de partida, llegando al coche para cambiarnos y tomar una caña mientras recuperamos fuerzas (al perro también le dimos su ración).

Un día para recordar, genial!


Nos vemos en la siguiente!!, que hay que aprovechar la nieve
Judit, Mele, Churrero y Chao 

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