lunes, 9 de mayo de 2011

"¡Qué Carazo! Más vale tarde que nunca...

Aprovecho esta entrada para felicitar a los integrantes del club de montaña Alcubilla. He de admitir que cuando me dieron la primera noticia sobre este club, pensé que sería uno más entre tantos otros... sin embargo, la frescura y actualizaciones de la web, la buena organización y las constantes salidas hacen que sea más que atractivo formar parte de alguna de las salidas del club.

Por otra parte, agradecer a Ester, Javi y Álvaro la oportunidad que me brindaron para conocer una montaña palentina. A decir verdad y por desgracia, la montaña castellano leonesa no es demasiado conocida por estos lares (País Vasco) y el hecho que alguien local te guíe con todo tipo de explicaciones es de agradecer.

Dicho esto me dispongo a contar nuestra experiencia antes, durante y después de la subida a la peña del Carazo:

El día comenzó con los retrasos previstos de Álvaro y un servidor. Con el amargo sabor acartonado del chupito de la noche anterior en el Emibel, nos dirigimos hacia la Palencia más septentrional. Tras una frustrada parada en Frómista en busca del diario de turno, llegamos a Moarves de Ojeda dónde pudimos contemplar una bonita estampa del románico. Dados mis nulos conocimientos artísticos, este dato fue facilitado por la profesora Ester :-). Al poco tiempo y tras la correspondiente cabezada, llegamos a la abadía de Lebanza dónde aparcamos a pie de monte.

Comenzamos la ascensión hacia las 10:40 y como consecuencia de mi excelente equipación adaptada al medio, enseguida comencé a disfrutar del cálido agua embarrada de los charcos palentinos. El cielo estaba encapotado y era prácticamente imposible ver las peñas de la cima, por lo que nos planteamos la posibilidad de dar marcha atrás. Sin embargo s decidimos continuar por si la cosa mejoraba...

Al rato nos vimos envueltos en una maraña de matorrales que cuál laberinto no nos dejaba ver la salida. Debido al parecer a "desavenencias" previas :-), Javi dejó el mandó a Ester, que con garra y coraje nos mostró el camino. Tras salir del mini-bosque seguimos la ascensión hasta un nevero (palabra que desconocía hasta la fecha), en el que la vista era espectacular. Desde él pudimos divisar el valle de Pineda y al fondo el gran coloso Curavacas. Tras recibir una explicación del origen etimológico de este último, anduvimos 5 minutos más para llegar hasta arriba, dónde no pudimos quedarnos debido a la lluvia. La bajada la hicimos de una manera rápida y bajo la lluvia... hacia las 14:00 estábamos abajo.

Pese a que la subida a la peña estuvo muy bien, no puedo negar que el mejor momento vino después, en el restaurante La Taba. Quizás tuvo algo que ver mi hambruna extrema, pero la verdad es que el menú degustación me supo a gloria. Sin duda lo recomiendo para el que todavía no haya estado allí, seguro que vuelvo.

Ya ha pasado más de una semana desde la ascensión pero ¡Qué carazo! más vale tarde que nunca participar en el blog...

En resumen puedo decir que mi primera participación el club Alcubilla ha sido totalmente satisfactoria; naturaleza, gastronomía, arte y lo mejor, ¡excelente compañía¡. Espero poder repetir y a poder ser con todos los integrantes del club... ¿Quizás en verano subiendo el Curavacas?

Iñaki




4 comentarios:

  1. Nueva entrada del Carazo

    Muchas gracias Iñaki, estas invitado a subir y colaborar cuando quieras!

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  2. Este club que no pasa!!!
    Y que bien sienta leer a nuevos colaboradores, a ver si vamos tomando ejemplo y se anima alguno mas!!

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  3. Animo al club, a los gestores del blog y también a los nuevos colaboradores. Enhorabuena Iñaki. Me alegra esta iniciativa, sobre todo para desterrar la idea extendida de que la gente joven es pasiva.
    ¡Ánimo desde Gipuzkoa a l@s montañer@s astudillanos!
    Nagore

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  4. muy buena la cronica.es como si hubieramos estado alli. jeje.
    pues na iñaki ya sabes cuando te venga bien te puedes unir.
    1 saludo

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