Nos preparamos, raquetas en mano y a andar pero cuando llevábamos 500 metros nos dimos cuenta de que no íbamos a necesitar las raquetas, así que vuelta de nuevo para el coche a dejarlas.
El paseo tranquilo pero con mucho cuidado por el hielo que hay en todo el camino a la sombra del Espigüete.
Y esperar a que empiece a nevar, aquí os dejo la danza de la nieve de nuestro montañero Vidal a ver si hace efecto
Nos vemos en la siguiente!!
Raquel y Chao
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