Alvaro nos guió por la zona aprendiendo nuevas sendas de nuestra tierra, donde conocimos una de las encinas más grandes de la zona y repasamos los valles de Villalaco que tantas veces hemos surcado con las bicis.
Con un pequeño vermut, comida en la bodega y un café, nos queda el recuerdo de un agradable día.
Hasta la siguiente alcubilleros!
Paseo por Villalaco
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